En El canon occidental, Harold Bloom habla de dos tipos de autores. Unos cuya genialidad queda manifiesta desde la primera creación, y otros que evolucionan y sólo tiempo después alcanzan la maestría. En el primer grupo está Arthur Rimbaud. En el segundo, Shakespeare.
Según él, sólo a partir de Trabajos de amor perdidos Shakespeare puede considerarse genial. En resumen: si hubieran asesinado al de Stratford en lugar de a Marlowe, hoy en día sólo se hablaría de Christopher Marlowe, ya que por aquel entonces Shakespeare sólo había estrenado obras menores.