Sobre las tardes de domingo y los mortíferos lunes hay abundante literatura. Maurice L’Encre, uno de los curiosos personajes de la Gramática parda de Juan García Hortelano, pide a las «Instancias Superiores» no vivir los lunes, que se irían acumulando para poder disfrutarlos a partir del día en que hubieran fijado su muerte… pero Maurice olvida señalar en la solicitud dónde pasaría los lunes, por lo que las Instancias Superiores le obsequian con letales lunes en el infierno.