Un 9 de marzo de 1913 Virginia Woolf hace entrega del manuscrito de su primera novela, The Voyage Out, traducida aquí como Fin de viaje, después de años centrada en tareas periodísticas. Tenía 31 años.
Fin de viaje carece de la experimentación formal de obras posteriores, pero ya está recorrida por esa casi extrema sensibilidad poética que caracterizaría toda su creación literaria. Además, su forma de desmenuzar los interiores del alma con gráciles pinceladas está ya presente en el trazado de la desafortunada Rachel Vinrance.
Como dijera Anatole France en relación a Los placeres y los días, el libro «es joven por la juventud de su autor. Pero es viejo por la vejez del mundo».