En Two Cheers for Democracy (1951), E.M. Forster decía que los únicos libros que hacen mella en nosotros son aquellos para los que estamos preparados, y que avanzan unos pasos por delante en el mismo sendero que nosotros seguimos. Por eso, suponemos, algunos se nos quedan pequeños al releerlos, mientras que otros alcanzan su sentido pleno al reencontrarnos con ellos.