En la entrevista a Javier Marías que publicaba ayer El País, el autor reconoce el papel que desempeña el secreto en Todas las almas: «El elemento del secreto lo tenemos y lo padecemos todos en el sentido de que no a todos contamos todo ni a todos lo mismo. Hablo de secretos domésticos, no de grandes tramas ocultas».
Estas palabras me recuerdan a las reflexiones que hace el general sobre el diario de Krisztina en El último encuentro, de Sandor Marai:
Nunca se me ocurrió pensar que quien se propone contárselo todo al otro, a lo mejor habla con sinceridad incondicional para no tener que decir absolutamente nada sobre aquello que de verdad le importa.