El Mundo conversa hoy con Mario Benedetti con motivo de la publicación de Insomnios y duermevelas, su último poemario. Hace muchos años oí decir a una persona muy dura que sólo había llorado leyendo a Benedetti. Sus versos son accesibles a todos, hablan al alma sin artificios.
Dicho con sus palabras, la poesía «es donde se expresa uno más honestamente, los otros géneros son ficción y se escriben con la imaginación; sin embargo, la poesía está hecha con retazos de tu propia vida».
Ahí van unos versos de su Defensa de la alegría:
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
(…)
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.