No conocía la obra de Lucía Etxebarría. Beatriz y los cuerpos celestes, leído ahora, superado todo lo que se dijo en su día, me ha parecido un libro de alguien que tiene cosas que contar. He seleccionado estas líneas, que creo que condensan el sentido de la novela (y, de paso, dan buena muestra del estilo, aún sin pulir, de Etxebarría):
Comprendo que es absurdo volver sobre las pisadas del tiempo para intentar hallar lo perdido más allá de las grietas que se abran en la memoria, porque la vida sigue, y el destino trama sus intrincadas redes, y lo que buscábamos ha seguido creciendo y nunca más será lo que era, excepto en el recuerdo.
Es esa vieja historia del que quiere algo y al final lo consigue, pero ya no le sirve, porque todo ha cambiado. Las cosas, las personas, los lugares cambian, y también nosotros mismos. A menudo esperamos encontrar aliento o felicidad en un sitio, en unas palabras o en una persona. Y cuando por fin estamos en ese sitio o escuchamos esas palabras, sentimos la decepción, y la nostalgia del haber buscado eso felizmente, y de haberlo encontrado con tristeza. Es la decepción que protagoniza Beatriz, y que creo que a nadie le resulta ajena.
El próximo será más alegre : o )