Mi prima me ha dicho que, en momentos bajos, habría que leer siempre a José Agustín Goytisolo. He seguido su consejo y, buscando en Bajo tolerancia, he encontrado estos versos. Me pregunto qué sentiría Goytisolo cuando tuvo la necesidad de escribir esto, tal vez esa sensación de «tierra trágame» por haber hablado de más, o por haber sido demasiado vehemente. Versos así habría que tenerlos siempre a mano, para dar salida honrosa a los momentos embarazosos que a veces protagonizamos.
Quiero decirlo ahora
porque si no después las cosas se complican.
Soy peor todavía de lo que muchos creen.
Me gusta justamente el plato que otro come / aburro una tras otra mis camisas / me encantan los entierros y odio los recitales / duermo como una bestia (…)
Así puedo seguir hasta morirme:
ya ves que soy lo que llaman
el clásico maníaco depresivo.
Te explico estas cuestiones
porque si todo vuelve a comenzar
no me hagas mucho caso acuérdate.