No sé si seré pesimista u optimista, pero veo el futuro sin el ser humano. Sobrevivirá el mundo, pero nosotros no estaremos allí para contarlo.
Algo pesimista sí que parece, ¿o no? Esto lo dice hoy en EP el historiador Felipe Fernández Armesto. Según él, es muy complicado llenar ese bache que existe entre nuestra capacidad tecnológica y nuestra capacidad moral. Además, nuestro dominio sobre el entorno no es absoluto. No controlamos las variaciones del clima, por ejemplo, y de allí pueden venir desastres casi inconcebibles.
Tengo la sospecha de que ahora no resulta tan fascinante como siglos atrás la idea de poder viajar en el tiempo hacia delante. ¿Cómo serán las personas del futuro: anoréxicas, vigoréxicas, incultas, paranoicas? ¿Habrá por fin coches inteligentes, que te salven la vida (¿por qué no ya?)? ¿A qué sabrá el melocotón? ¿Habrá madurez y muerte? ¿Habrá personas sensibles? ¿Sabrán hablar? ¿Llorarán?