Así se titula el poema que acabo de leer. Pertenece a Sobre las circunstancias, de José Agustín Goytisolo, que sustituye temporalmente a Emily. Al leerlo he pensado en cómo la realidad invade la poesía de algunos hasta casi hablar por sí sola. Ocurre a menudo con Goytisolo.
Para que surja un artista es necesario
que concurran algunas circunstancias como éstas:
que su familia esté bien avenida
que la madre no cuente sus desastres
que el padre deje de comportarse como una bestia
que el tirano de turno ame los libros
que los periodistas sean misericordiosos
que nadie defraude las esperanzas
que no se hable de derechos humanos
que cierren los colegios y las cárceles
que todo el mundo pueda pisar el césped
que ningún hombre quiera salvar a los demás.
Y en fin para que surja un artista se precisa
que nazca un niño y luego no muera del disgusto.