Saltar al contenido

Camus

Crecí en el mar y la pobreza me fue fastuosa; luego perdí el mar y entonces todos los lujos me parecieron grises, la miseria intolerable…

Leer El verano – Bodas, de Albert Camus, en Madrid y en pleno otoño, con el cielo sucio y amarillo, te llena de alegría (¿o te deprime?). Me gusta este Camus, y el de El primer hombre, el que recuerda su Argelia natal, su sol, su mar, su gente (puedo afirmar que Argelia es mi verdadera patria y que en cualquier lugar del mundo reconozco a sus hijos y a mis hermanos en esa risa de amistad que brota de mí cuando me encuentro frente a ellos) …

En Bodas de Tipasa hay uno de los pasajes, para mí, más emocionantes del libro:

La brisa es fresca y es azul el cielo. Amo esta vida con abandono y quiero hablar de ella libremente: pues me da el orgullo de mi condición humana. A menudo me han dicho, sin embargo, que no hay de qué gloriarse. Sí, hay de qué: este sol, este mar, mi corazón que brinca de juventud, mi cuerpo con sabor a sal, la inmensa decoración en que la ternura y la gloria se dan cita en el amarillo y el azul. A conquistar esto debo aplicar mi fuerza y mis recursos.

¿Apetece o no?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.