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¿Qué lujo?

Como Blogger publica cuando quiere, y no cuando yo le digo, os dejo este post a la espera de que lo leáis antes de iros a dormir : o )

Está muy bien concebir la vida en términos de una nostalgia infinita si se tiene un propósito artístico, o si se trata de una peculiaridad personal, como coleccionar monedas viejas, pero el mundo no estará dispuesto a permitirlo si uno no puede mantenerse por sí mismo. Es un lujo que actualmente apenas los ricos pueden permitirse. Nosotros –nosotros, los tuberculosos, los equivocados, los trabajadores, los mortales– debemos vivir… no a costa nuestra, Dios lo sabe, sino a nuestro pesar. Debemos labrar nuestras propias lápidas… y no podemos desafilar nuestras herramientas devolviéndoos la puñalada a vosotros, los fantasmas, incapaces tanto de recordar con claridad como de olvidar limpiamente.

Es un extracto de una carta que Scott Fitzgerald dirigió a Zelda y que reproduce La Vanguardia. No se me ocurre mejor forma de expresar la lucha de todos los días, el querer una cosa y el necesitar otra para poder querer la primera con libertad. Maldita inquietud.

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