Me recuerda a un niño que no se quiere dormir porque no quiere separarse del mundo. Yo creo que tenía ese síndrome del niño que no quiere irse a la cama. Ferrater sabía que para prolongar la fiesta había que alimentar la máquina de la alegría, inventar algo que entretuviera a los demás (…) Ya dijo Jaime Gil de Biedma que sus poemas eran añagazas para que la fiesta continuara.
Esto lo dice Justo Navarro sobre Gabriel Ferrater en Babelia. ¿Qué les pasa entonces a los que sólo quieren irse a dormir? ¿Quieren que termine la fiesta? ¿No quieren permanecer despiertos hasta que llegue la fiesta? ¿No soportan la espera? ¿No confían en que un día llegue la fiesta? ¿Quieren soñar con la fiesta que pasó o con la que existirá o con la que nunca se celebrará? ¿Les da miedo la fiesta? Ahí va el poema Joc (Juego), de Ferrater:
Pots jugar amb el seu cos,
que és jove i riu, i vol
el joc, i no n´ha tingut prou.
Encara creus que en tu hi ha vici?
Mostra el teu vici. Dóna´t
sencer. Si te l´estimes,
no li ofeguis aquest tremolor:
la curiositat del cos, que tu
fa massa temps que en dius desig.