Decía Coleridge que una vida cualquiera, por insignificante que sea, reviste interés si se refiere verazmente. ¿Pensaría lo mismo en la era de los blogs?
No sé qué hace que alguien decida convertir su vida en materia publicable. Para mi gusto lo verdaderamente interesante no se cuenta, o no se cuenta lo que es interesante desde el punto de vista, por ejemplo, proustiano. Tampoco se cuenta aquello que choca con la imagen que uno quiere proyectar de sí mismo. Desconfío de que alguien llegue jamás a transmitir de sí mismo la imagen que desea.