Decía Proust en Los placeres y los días que la mar tiene el encanto de las cosas que no se callan por la noche, que son para nuestra vida inquieta como un permiso para dormir, como la lamparilla de los niños pequeños, que se sienten menos solos cuando brilla.
… pues a una ciudad con mar me voy, a mi preferida. ¡Hasta pronto!
P.D.: ¿Alguien sabe en qué universidad de Londres puedo hacer un curso de verano que no sea de idiomas?