Qué penita que se desplace hacia abajo la foto de la casa Milá, con esa luz que sólo la he visto en el Mediterráneo… ¡¡Os pongo la de Montserrat!! Conducir hacia el mar fue como conducir hacia la mañana. Pasaban las horas y en vez de volverse la luz más opaca se hacía más viva y tenía más color. Era luz de mar…
En Barcelona conocí a dos veteranos webloggers, Marianitu (aborigen) y Maelmori (visitante) : o )