Hay temas sobre los que vuelvo siempre, sin remedio, como el amor cortés o la fuerza poética del recuerdo. Otro más secundario es el claro de luna, sobre el que ya publiqué. Ayer me explicaron que el claro de luna como motivo no sólo se encuentra en la creación literaria (Verlaine) y pictórica (Watteau), sino también en la musical. Los ejemplos más bellos, me dicen, son El claro de luna de la Suite Bergamasque, de Debussy, y el de la Sonata op. 27 nº1 de Beethoven, recién descubiertos por mí. Otro hallazgo reciente, casualidades de Kazaa, es el Vals en la mayor de Brahms, al que vuelvo cada rato.
Éste es el poema Claro de luna, de Paul Verlaine. Me hubiera gustado encontrar una buena traducción al español:
Clair de lune
Votre âme est un paysage choisi
Que vont charmant masques et bergamasques
Jouant du luth et dansant et quasi
Tristes sous leurs déguisements fantasques.
Tout en chantant sur le mode mineur
L’amour vainqueur et la vie opportune,
Ils n’ont pas l’air de croire à leur bonheur
Et leur chanson se mêle au clair de lune,
Au calme clair de lune triste et beau,
Qui fait rêver les oiseaux dans les arbres
Et sangloter d’extase les jets d’eau,
Les grands jets d’eau sveltes parmi les marbres.
(Me han hecho una entrevista, que está publicada en Esa la he visto. Qué raro es escucharse en una entrevista).