Carpe diem, sí. Es importante que los adolescentes se den cuenta de lo valiosa y breve que es la vida. Cuando escribo historias como ésta para jóvenes, algunos me preguntan que por qué son tan tristes, pero a la vez me dicen que también te confirman en al auténtico valor de la existencia.
Lo dijo Jostein Gaarder el sábado en Babelia a propósito de su nuevo libro, La joven de las naranjas. A mí me gustaría que, de la misma forma que cuando eres pequeño empiezas a saber que un día puedes ser rico, guapo o poderoso, te advirtieran de que también un día llegarás a la vejez. Y que será un momento en el que difícilmente serás guapo y para el que estaría bien llegar preparado.
Desde la adolescencia me preocupa el culto a la juventud. Lo veo como tirar piedras sobre nuestro propio tejado. No es conveniente rechazar aquello que llegarás a ser. Es saludable pensar en el propio declive, te protege contra el patetismo de la madurez mal asimilada.