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La risa

Al hablar, entraba en espirales vertiginosos, hurgaba en todas las heridas y, a la vez, se abría a la esperanza, nos la hacía contemplable. Y lo lograba con ayuda de eso que no queda del todo, que a menudo no está en los escritos: muchas toses, onomatopeyas festivas y, en especial, grandes ataques de risa (…) La risa de María Zambrano era parte esencial de su voz, de su deseo de querer decir todo lo que quería (José Miguel Ullán sobre María Zambrano, ayer en El País).

Qué pena que la gestualidad o el empleo de interjecciones sean considerados muestras de mala o poca educación. Por eso los reyes no lloran ni gesticulan, o en los manuales te enseñan cómo moverte en el curso de una entrevista de trabajo. A mí me gusta completar la información que me dan las palabras de mis interlocutores con los datos que recibo de sus movimientos. Tengo debilidad por la gente que es así de expresiva, mucha más que por los que te dicen con los ojos lo contrario que con las palabras. Y tampoco sabría hablar si no fuera con la ayuda de la risa.

Tengo interjecciones de mi propia creación de las que estoy muy orgullosa 😀

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