Tendrás razón. No digo
ni la mitad de lo que siento.
Pero recuerda que mi soledad,
la que arde en mi lámpara de desaparecido,
es el silencio de las causas públicas.
Después de mucho aplazarlo, he leído La intimidad de la serpiente, el poemario que publicó Luis García Montero el año pasado. Temía que no me gustara tanto como los anteriores, como ha ocurrido. Su discurso es tan íntimo como siempre, pero hay un trasfondo político-social y de «balance generacional» que seguramente interesará mucho más a otro tipo de lector. Hay versos que recuerdan a José Agustín Goytisolo o que rinden homenaje a La Regenta, y seguro que un puñado de referencias más que se me han escapado.
A pesar de todo, me reconforta siempre su compañía, esa lírica del tú a tú en clave cotidiana que es precisamente la que busco siempre que leo poesía. Ahora, un poco de prosa.