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Mes: junio 2004

Detener el tiempo

Encuentro un placer enorme en ralentizar el tiempo narrativo. Me gusta visualizar cómo el pensamiento cristaliza en cadenas de palabras. Mientras el lenguaje discurre lentamente, el pensamiento sigue haciéndolo a su velocidad habitual. De una manera u otra, todos mis libros son un intento de detener el tiempo: de frenarlo. Mi primera novela, La entreplanta, transcurre durante la hora de comer de un ejecutivo. La segunda tiene lugar durante los 20 minutos que un padre tarda en darle el biberón a su hija. En La Fermata, el tiempo se detiene por completo (Nicholson Baker, en el Babelia de hoy).

No he leído nada de Nicholson Baker, pero después de sus explicaciones me voy a tener que comprar un par de novelas suyas. Es más, gracias a él me he dado cuenta de que las novelas que a mí me gustan son las que se empeñan en detener el tiempo. Para los relatos de acción sigo prefiriendo el cine.

(Nicholson Baker es el autor de Vox, el libro que Monica Lewinski le regaló a Clinton. Le encanta que ese detalle le haya hecho más popular).

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