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¿Un culto pasajero?

El actual culto a la juventud sólo se puede considerar como una estupidez; aparte de ser una falta de respeto para las personas mayores. Es una tendencia que no se ha dado en casi ninguna época. ¿Cómo se pueden dejar de lado cuestiones tan importantes como los conocimientos o la experiencia? Hoy casi todo el mundo se viste y actúa como si fuese adolescente. En mi opinión, la capacidad de relacionarse con personas de todas las edades refleja madurez, inteligencia y libertad.

Lo decía el sociólogo Marcos Molina en el último Babelia.

Y hoy, en El País Semanal, Javier Marías dice: Siempre he tenido amigos mayores que yo. Los viejos, como los de mis novelas, no pierden el tiempo, van a lo esencial de las cosas y no se paran en las modas, ni en lo que está bien pensar o lo que está mal. Eso es muy apreciable en un mundo tan ñoño y banal, donde la gente no piensa fuera de lo que es el pensamiento con el que están bombardeándolos. Lo que me deja perplejo y no entiendo es una sociedad donde la gente de cuarenta deja de lado a los que tienen veinte años más que ellos. Ellos serán pronto los viejos.

… ahí quería llegar yo. ¿Qué harán los que elogian tanto la juventud como un valor? ¿Se suicidarán a los 40 todos? ¿Qué inventarán para curarse en salud cuando no les quede ni una pizca de juventud en el cuerpo ni en la mente?

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