Cuenta Javier Cercas en Qué Leer, recordando a Nietzsche:
… la mejor forma de ocultarse es hablar de uno mismo. Escribir consiste en fabricarse una identidad, creas una imagen pública que te permite vivir tu faceta privada con total libertad. Recurriendo a un narrador que tiene elementos míos, soy más libre que inventando uno por completo, es la estrategia más pudorosa que hay. Todos creemos que Woody Allen es el protagonista de sus películas, pero no es verdad. Las novelas son experimentos con tu propia biografía, jugar a lo que no ha sido con ese yo hipotético del que habla Kundera.
Una noticia sobre Hitler y Stalin en La razón me ha recordado a la última película que he visto en el cine: El hundimiento. Las películas las recuerdo en forma de sensaciones condensadas: El hundimiento, como locura y noche. Minutos después, una pausada tertulia de Estravagario ha provocado que me altere, creo que por reacción a su lentitud. Estas sensaciones las sumo a otras tres: el drama de una charla telefónica que tira por tierra mi trabajo; la desesperación de no encontrar dónde aparcar; la pataleta porque una bolsa de la compra se rompe en el peor momento. Ya tengo completo mi cuadro de furia.
Era solo una puesta en práctica de las explicaciones de Cercas, un pequeño experimento con datos biográficos.