Dice Juan Gelman en ABC: [Nadie se puede proponer escribir poesía y, si lo hace, no creo que sea bueno]. Uno no escribe lo que se propone, sino apenas lo que puede, y yo siempre quedé insatisfecho.
Los músicos o los actores de teatro suelen decir que debes retirarte en el momento en que no sientas nervios antes de pisar un escenario. El equivalente en la escritura (no sólo de poesía) es la insatisfacción.
El fantasma de la insatisfacción impide a muchos autores releer sus primeras novelas, y nos ha dado mil revisiones adultas de poemarios de juventud.
La insatisfacción es la respuesta a mi post anterior.