Aprendí a mentir con la imaginación, a inventar con la imaginación.
Lo ha dicho Nélida Piñón en una reciente entrevista publicada en Qué Leer. A mí no me cuesta mentir, he mentido tanto que ya no hay marcha atrás. No grandes mentiras, sino pequeñas invenciones, en general agradables y siempre a medida del interlocutor. Me pregunto: ¿sin imaginación se puede mentir? Y si para mentir hace falta imaginación, ¿tienen razón quienes me dicen que utilice mis fantasías para hacer algo creativo en vez de para maquinar mentiras?
Siempre digo: Homero, yo no existo si tú no existes.
En este post también he mentido un poquito…
prueba