Creo que es imposible que una persona joven concibiera esta exposición. Sólo tiene sentido para personas mayores, si no de la tercera edad. Envejecer no es un paseo por el parque. Lo que hace el septuagenario Goya es mostrarnos un camino adelante a los que no tenemos su genio.
Así habla hoy en ABC el profesor de arte español Jonathan Brown, comisario de la exposición Goya’s Last Works que acogerá la Frick Collection de Nueva York.
Lo que a mí me asombra de Goya es cómo, con 78 años, se marcha al exilio a Burdeos y a pesar de los achaques y el sufrimiento continúa innovando, incluso usando técnicas que en aquel momento eran muy recientes. Es habitual ver a las personas volverse impermeables al progreso y la novedad al llegar a cierta edad. Goya debería ser un ejemplo.