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Restos del nazismo

Rosa Sala Rose cuenta en ABC que quedan restos del nazismo en nuestros días:

Lo que llama más la atención son los «skin heads», pero lo más grave es la negación del Holocausto por los neonazis. Tenemos muchas herencias: la publicidad de perfumes en blanco y negro y la mirada perdida en el horizonte: pura estética Riefenstahl; el turismo de masas y la eliminación de las clases en algunos medios de transporte; el ecologismo, que es muy alemán, anterior al nazismo y se vincula al nacionalismo étnico: los primeros parques nacionales se fundaron en la época nazi… Y la medicina alternativa: recordemos el Hospital Rudolph Hess, que se sustentaba en la medicina natural y homeopática.

… toda una provocación.

6 comentarios

  1. JavierMF JavierMF

    Sólo he leído el extracto que pones en el blog, pero hacer la asociación «aleman = nazismo» me parece bastante pobre. Así es fácil justificar que hay restos del nazismo.

    Lo que ya me ha parecido la pera es lo de la publicidad en blanco y negro. Ains.

    Si es que a veces hay cada columnista que… 🙂

  2. La Hormiga ReMolona La Hormiga ReMolona

    Y lo peor es que muchos se alegrarán de que alguien haga estas asociaciones!! :S

  3. Anonymous Anonymous

    Pues yo me leí el libro que sacó en El Acantilado, ‘Diccionario de mitos nazis’ o algo así, y me gustó mucho. A mí me parece que habla con conocimiento de causa. No sé vosotros, pero por mi parte no veo ninguna contradicción en pagar mis cuotas a Green Peace o tener un médico homeópata y aceptar los orígenes históricos de ambas cosas…

  4. akachen akachen

    Yo a todas esas cosas no las llamaría restos del nazismo, simplemente unas personas con una idelogía totalmente deleznable crearon algo interesante… que supongo lo hubieran creado aunque ubieran tenido cualquier otra ideología.
    un saludo

  5. Anonymous Anonymous

    El propio ABC tiene cada artículo que bien podrían considerarse restos (basuras)del nazismo

  6. París59 París59

    No del nazismo que fue: yo me ocuparía más del nazismo que está. Sin banderolas, ni uniformes, pero firmes en su voluntad de crear un mundo que funcione para un grupo de poderosos apoyados, en jerarquías descendentes con presupuestos menguantes, por toda una serie de amantes del poder y del dinero que este suelta. Y de crearlo sin importarles ejercer la violencia indirecta o directamente, porque un daño colateral no les estropea ni la merienda.

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