Tendría que haber un servicio de eutanasia de autores.
Esta declaración de Eduardo Mendoza me ha llegado por el servicio ¡extra! de Elpais.es. Después he comprobado que han suavizado la crónica sobre la charla mantenida ayer entre Javier Marías y Mendoza en la librería Blanquerna de Madrid.
Mendoza explica a qué se refiere:
En este trabajo, cuanto más avanzas, no adquieres más sabiduría y vas perdiendo frescura. Creo que seguimos escribiendo para ver si conseguimos entender por qué un día nos pusimos a escribir.
Yo nunca diría que las obras de un autor van siendo mejores a medida que se hace mayor, pero sí reconozco que, cuantos más años tiene, más interesante se vuelve como entrevistado. No sé si he contado aquí que la entrevista es mi género periodístico preferido, uno de mis vicios es rastrear entrevistas en internet, y en particular las que se han hecho a escritores. Respeto, claro está, el derecho del artista a expresarse únicamente a través de su obra.
Lees charlas con jóvenes novelistas/poetas/actores/músicos y no tienen mucho que contar sobre casi nada, aunque siempre habrá excepciones. Tienen más gancho como material de reportaje («ahora entra en una heladería, ahora se toma el brunch«) que como protagonistas de una entrevista en profundidad.
Aunque la obra de un autor de 80 ó 90 años pueda carecer de interés -o no-, una entrevista con él será una pieza, por lo menos, entrañable, y seguramente cargada de titulares. Se me ocurren varios escritores (no hace falta que dé nombres) a los que me gustaría leer en entrevista, pero cuyos nuevos títulos no me interesan demasiado.