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Un callejón

Decía Nemirosky que una buena novela siempre es un callejón lleno de gente desconocida. Es en ese callejón donde me gusta perderme y donde mejores ratos he pasado, tantos y tan intensos que son los que mayor memoria dejaron en mi existencia (Luis Mateo Díez en El Cultural).

El símil del callejón no me gusta, porque no entraría en un libro si fuera una calle estrecha 🙂

(Post de sábado, no hay muchas ganas de pensar…)

3 comentarios

  1. Mara Mara

    Ayer entré casualmente aquí porque andaba buscando en el google la canción de Aguas Abril de Luis Pastor con Bebe y me trasladó a esta página. He leído algunas de las cosas que escribes y la verdad que me ha gustado mucho, creo que ya tienes una asidua más por estos lares 🙂

    Retomando el tema del que has escrito hoy, creo que se refiere a un callejón lleno de gente, gente variopinta y es ahí donde le gusta meterse…al igual que con un libro. Yo sí que veo el símil bastante ilustrativo, es como una callejuela pequeña, íntima y reducida pero que alberga en su interior un mundo aparte. Te seguiré leyendo. Saludos!

  2. ruben ruben

    A veces ese callejón es una gran avenida: una Nevski Prospect o un Boulevard Haussman…
    Allí te encuentras con todo tipo de gente.
    Pero hay escritores que escriben lo que les gustaría leer: el blvd. se estracha y se estracha hasta hacerse un callejón, sin salida, y se estrecha más y más, hasta el nicho: y al final, está el escritor. Se mete allí para encontrarse.
    El callejón es el final de un cita aplazada miles de veces, consigo mismo.

  3. ruben ruben

    El superyó freudiano me ha jugado una mala pasada, un lapsus calami, que diría; Nevski Prospekt/Prospect…
    ya saben, es malo automedicarse…

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