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Tocarlo

Ha sido una relación casi carnal. Necesitaba tocarlo, olerlo, verlo. Uno de los momentos más duros ha sido permitir que se lo llevaran para que lo pudieran custodiar y protegerlo adecuadamente para las generaciones futuras. Era el único objeto que conservaba de mi madre.

Lo cuenta Denise Epstein en La razón, refiriéndose a Suite francesa, la obra póstuma de su madre que ella se ha encargado de publicar.

Tuve varios blogs que actualizaba con regularidad. Estaban más vivos que La hormiga, que es el que ha sobrevivido y en el que todavía hay espacio para guardar muchas cosas más.

Cuando terminaba un blog, lo imprimía completo, lo enviaba a varias cuentas de correo, lo protegía de mil maneras. Era como haber resuelto un problema matemático y necesitar anotarlo bien por si nunca más llegaba a la solución. Qué desesperación sería perderlos 🙁

4 comentarios

  1. rave rave

    Una pregunta: ¿lo imprimías simplemente como sale por la impresora o utilizas alguna manera en la que salga más bonito? Es que yo también soy un poco posesivo y me gustaría tener a «mi pequeño» en papel…

    Un saludo,

    Raúl

  2. parís59 parís59

    Dice Denise Epstein: «Esto no quiere decir que los genocidios posteriores no sean una terrible tragedia, pero en este caso…». Quizá porque estoy impactado por las personas que disfrutaban de una día de fiesta en una playa de Gaza, de los niños palestinos muertos y heridos, no puedo pasar, sin contestarla, esa mentira-justificación. La sangre de los inocentes lo es siempre y no se puede establecer diferencia, no se puede decir ese «sí, es terrible, pero lo que les hicieron a los míos fue peor…». Decir eso es abrir las espitas de la sangre inocente, porque hay quien ha sufrido más y por tanto tiene derecho a… No. Nunca. Por ninguna causa que no sea la más clara de las autodefensas. No podemos aceptar esas diferencias. El que mata cruelmente, que no se escude en que se lo hicieron. Y establecer diferencias, aunque uno no piense en matar, crea la base para que otros lo hagan. Hay que romper esa cadena perversa.

    (Y del otro tema, del atractivo tema de tocar o no tocar, ¡qué interesante! A ver si se me quita la indignación que me provocó esa abuelita de dulce sonrisa y tanto sufrimiento atrás, y comento algo).

  3. Apostillas literarias Apostillas literarias

    Yo inicié un blog en junio de 2004 (lo tuve hasta finales de 2005). Estaba muy contenta con él, además era la primera vez que aprendía a usarlos. Llegó el momento que por cuestiones familiares ya no me daba tiempo de atenderlo como merecian quienes hacían el favor de visitarme, y cometí el inmenso error de borrarlo. Y se perdió. Cuanto lo lamento ahora, pero nimodo, nada que hacer.

    Si algun dia decido ya no estar en esto, lo guardaré, no me volverá a suceder. Es totalmente cierto que entra desesperación perderlos.

    Que bueno que este espacio tiene todavía mucho camino, excelente.

  4. Petitabruixa Petitabruixa

    Te entiendo perfectamente pero quizás deberíamos probar la «vía del no apego»!

    Besos,

    Lili

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