También en Elle, Manuel Rivas dice:
Cuando la vida arde sólo nos salva subirnos a la escalera de incendios del arte.
Leí eso cuando me rondaba por la cabeza la idea de que cada día, aunque sólo sea por unos minutos, necesito tener algún contacto con el arte. Como explicación me sirve esta reflexión de Orhan Pamuk en Granta (con su permiso, la saco momentaneamente de contexto):
La mayoría de los autores no escriben para reflejar la realidad sino para inventar un mundo paralelo regido por un complejo sistema de normas. Aunque ese segundo mundo se deriva del real, de algún modo es más significativo y satisfactorio. Si puedo visitar ese segundo mundo y escribir algunos párrafos cada mañana, me respeto mucho más a mí mismo, y me siento más feliz. Igual que un niño que ha dado uso a sus juguetes hasta que se le ha agotado la imaginación. Si he estado en ese mundo imaginario durante unos momentos, si he disfrutado de esa felicidad, entonces puedo con todo. Pero si no lo hago, el vacío se llena con todas las pequeñas preocupaciones diarias, que no se acaban nunca.
Qué gran diferencia entre los dos, ¿verdad? Para uno, es un poco refugio donde acudir, para no quemarse. Para el otro, creación de lo otro, desde donde fortalecerse y salir. De la vida al arte. Del arte a la vida.
Que usted, condesa Rem, diga que dedica un pequeño tiempo cada día al contacto con el arte debe ser fruto de su modestia. Y no debería serlo tanto.
Bueno, me llegaron mis tres semanas de agosto y me voy a las «perifueras», a varias de ellas. Si no me es posible visitar La Hormiga, espero que me quede el consuelo del número de noviembre de Elle (y el libro de García Montero).
Odio este tipo de comentarios, pero es que he llegado a éste blog y quería dejar constancia de ello porque me ha parecido realmente interesante. Seguiré visitándolo.
interesante amigo buen blog
Y Pessoa escribió:
«Y, si la oficina de la Rua dos Douradores representa para mí la vida, este mi segundo piso, donde vivo, en la misma Rua dos Douradores, representa para mí el Arte. Sí, el Arte, que vive en la misma calle que la Vida, aunque en un sitio diferente, el Arte que alivia la vida sin aliviar el vivir, que es tan monótono como la misma vida, pero sólo en un sitio diferente. Sí, esa Rua dos Douradores encierra para mí todo el sentido de las cosas, la solución de todos los enigmas, salvo el hecho de la existencia misma de los enigmas,que es lo que no puede tener solución.»
Saludos.
winsta
El mero vivir ya es un arte. La ética se puede transformar en estética.
Felicidades por tu blog. Espero que os alegre salir citados en
http://www.salollibrebcn.com/blogs.asp
Saludos!
Vivir es un arte. La ética se transforma en estética.
Felicidades por el blog, que ha aparecido citado en
http://www.salollibrebcn.com/blogs.asp
Saludos!
Qué ilusión Jaime, mil gracias!