De vuelta de Barcelona proyectaron en el tren Stranger Than Fiction, una película -aunque parezca increíble- sobre teoría literaria.
Entendí a esa Emma Thompson angustiada al matar a su personaje, ¡yo no sería capaz! Ni siquiera necesitaría encontrarme cara a cara con él, como le pasa a ella.
Mientras la veía solo pensaba en una cosa: el limbo de las criaturas de ficción. ¿Qué hacen cuando te estancas y el libro se queda detenido hasta que vuelve la inspiración o encuentras un desenlace? Me los imagino haciendo huelga y manifestándose con carteles que dicen «¿qué va a ser de mí?».