You are my sunshine, my only sunshine
You make me happy when skies are gray
You’ll never know dear, how much I love you
Please don’t take my sunshine away
Imagino que ya estáis tatareando la canción. Esta versión del singing cowboy Gene Autry (nada menos) es la que más se adaptaba al espíritu que buscaba después de ver anoche O Brother.
No me ha hecho falta la Odisea para situarme. Hay tal compendio de mitos -o tópicos ya- sureños (de Estados Unidos) en la película que me divertí anotándolos todos: el guitarrista que vende su alma al diablo (Robert Johnson), la gran flood (inundación) final, el crossroads (cruce de caminos), la chain gang, el KKK…
Pero me quedo con la parte costumbrista: las seis niñas a las que pasean atadas a una cuerda para que no se pierdan, la cera para el pelo de George Clooney o la gracia con la que dicen «bona fide!».
Una pequeña obsesión me estremecía al ver O Brother: pensaba que en algún lugar del país, al mismo tiempo, la familia Joad sufría penurias y desgracias en su camino hacia el paraíso.
me gusta esa cancion