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El lagarto mágico

Del realismo mágico me sobra el tremendismo. Y de Obaba me sobran el lagarto y la locura. Acabo de verla, que no leerla, y cualquiera se va a la cama pensando en un lagarto.

Me he reconocido en el comienzo, cuando Bárbara Lennnie conduce de noche por carreteras tortuosas. Habré hecho lo mismo decenas de veces, y con lluvia. Tal como queda plasmado en la película, en trayectos así el gran miedo es atropellar o deslumbrar a alguien al coger la curva. Un toro, un jabalí, un zorro… a mí ya me ha pasado.

Veréis que veo películas y leo libros a mi ritmo o cuando se cruzan en mi camino. No planifico.

Lo que más me ha gustado es Juan Diego Botto. Tiene esa forma tan inteligente de representar las emociones…

La imagen no pertenerce a Obama.

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