La mera pronunciación de la palabra «placer» ya lo produce.
Álex Grijelmo, La seducción de las palabras.
En este libro Grijelmo alude con frecuencia al origen onomatopéyico de muchos vocablos. Cita como ejemplos «bomba, una palabra que nos explota en la boca», o hecatombe, «que hace honor a lo sonoro de la derrota».
Ayer me enteré de que el título español de There Will Be Blood, la nueva película de Paul Thomas Anderson, es Pozos de ambición. Pensé en el efecto opuesto que producen el pozo español y el well inglés. De hecho siempre me ha sonado lúgubre el popular pozo de los deseos, tan poético y ensoñador en inglés: wishing well.