El fado no es ni triste ni melancólico. Hay muchísimas canciones alegres, decir que es triste es limitarlo demasiado, porque ha cambiado mucho desde los cincuenta
. Lo dice (Mariza en ABC.es).
Ideas en vías de desarrollo
El fado no es ni triste ni melancólico. Hay muchísimas canciones alegres, decir que es triste es limitarlo demasiado, porque ha cambiado mucho desde los cincuenta
. Lo dice (Mariza en ABC.es).
El fado, si se me permite la comparación, es como el tango o la copla. Nos habla de amores desgarrados, fatalismo, celos, añoranzas, muerte, no sé, todo aquello que le pone ese punto dramático a la vida.
Como ejemplo, María La Portuguesa de Carlos Cano, dejo dos estrofas:
Ay, María la portugesa
desde Ayamonte hasta Faro
se oye este fado por las tabernas
donde bebe viño amargo
porque canta con tristeza
porque esos ojos cerrados
por un amor desgraciado,
por eso canta, por eso pena.
¡Fado! porque me faltan sus ojos
¡Fado! porque me falta su boca
¡Fado! porque se fue por el rio
¡Fado! porque se fue con la sombra.
Creo que el fado alegre es como sino fuera fado, es la perversión del fado.