Lo único que yo quiero comprar es tiempo, eso sí es para mí el gran lujo. Si me das tiempo me has hecho el mejor regalo (Fernando Savater en Elle).
Ay, lo que daría yo por cuatro horas más al día de tiempo libre. No podría haber mejor regalo. Hay quien llega a casa y empieza a comer con ansiedad, pero a mí lo que me pide el cuerpo es otro tipo de alimento, llenarme la cabeza de algo que merezca la pena. Así que son las 23.07, mañana hay que madrugar y quiero leer y revisar aún 200 cosas.
Sobre todo ahora que me he jubilado lo que quiero es tener horas para leer y, más aún, para releer esos libros que me impresionaron en mi juventud, pero que probablemente entendí sólo a medias. Cuando creces te das cuenta de que con 13 o 14 años uno no puede comprender de verdad Madame Bovary.
Para colmo de males, algún personaje con alma de torturador propone las 65 horas semanales. ¿Las cumplirá él? Y, sin ánimo de ser dramática, ¿merece la pena vivir si al final nos toca trabajar de sol a sol?
Sigo soñando con la jubilación, si existe cuando me toque (insisto).
Yo tengo el mismo sueño.
Tener tiempo libre.
Jubilarme.
El tiempo es el lujo más grande de estos tiempos, también lo dicen mucho en ese número de Elle, en el que incluyeron la entrevista y que me encantó.
¡Qué identificada me siento con eso de estar a las 11 (y mas tarde) mirando mi lista de artículos, libros, revistas varias que quiero leer¡