Que es una versión actualizada y suburbana de aquel Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero…
Almagre del azar, almagre artífice,
oxida en mí,
que tiemblo a cielo raso,
enmohéceme más,
que en mis afueras vivo.
Hay una poesía para leer de día y otra para la noche. Fuera de mí, de Carlos Marzal, es diurna.
Marzal pone imágenes nítidas al lado de los conceptos elevados, para aligerar los versos más «escarpados»:
De cuanto no sabemos,
de cuanto el mundo oculta,
de cuanto se resiste a nuestro idioma,
hemos venido a hablar en agua fresca.
Pasas de contener la respiración a inhalar todo el aire que cabe en tus pulmones.
Pan que se besa, cuando cae al suelo,
pan que nos besa, cuando está en la boca.
Yo también beso el pan instintivamente si se cae al suelo o si lo voy a tirar. Así de arraigada tengo esa costumbre.