Es agosto, la estación tonta, el momento en que la gente de la moda (sobre todo en Italia) se va de vacaciones. Nadie quiere pensar sobre la ropa; la gente apenas tiene ganas de vestirse por la mañana. No quiere escuchar la opinión de nadie sobre el tema. Quiere irse a nadar.
Lo dice Vanessa Friedman en el Financial Times. No es cierto, ni por asomo, pero yo lo suscribo. Aquí y ahora me resisto a comprar ropa. Tiempo muerto.