¿Cómo será mi vida sin Lost? Lo voy asimilando tras dos días de «luto». Cada vez que acababa una temporada, empezaba una maratón de extras y tomas falsas, lo que hiciera falta con tal de llenar el vacío. Las reservaba expresamente para el final, porque sabía que me harían falta.
Ahora estoy desolada, tatareando la banda sonora todo el día. Vuelvo a mi rutina pero, cada cierto tiempo, una punzada de malestar me recuerda que se ha terminado. No sé cuántas entrevistas a los creadores, a Matthew Fox, a Evangeline, a Josh, a Terry O’Quinn… puedo haber visto desde que se emitió el episodio final, que se me hizo muy, muy corto.
En una de las entrevistas que vi -fueron tantas-, Evangeline explicaba que ella no era una sci-fi girl. No le interesaba Dharma, ni el humo negro ni los vaivenes de la isla, sino la historia de cada personaje. Será una de las razones por las que ha despertado tantos odios, pero a mí me pasaba lo mismo, y por eso me ha gustado tanto el final.
Yo siempre he ido con Jack porque me negaba a que Lost se transformara en un juego de rol; con Desmond, por su amor por Penny y su sacrificio; con Hurley, que luchaba tanto por ver a todos felices y juntos; y con Kate, que sólo quería lo mejor para Aaron… y a Jack.
Tuve mis días de pasión por Sawyer, pero la entrada de Juliet me hizo perder interés. No me resultó creíble. En otra fase me hice incondicional de Sayid, sobrepasado por su pasado torturador pero dispuesto siempre a ayudar al grupo. Locke a duras penas me interesó.
Ahora espero los 20 minutos del DVD y me consuelo pensando en la escena final y, por qué no, en que hagan la película: basta con que Ben tire de una palanca y regresemos a un tiempo en el que todos estaban en la isla. Y, como las reglas serían diferentes a las que estableció Jakob, dejaría a todos marcharse, juntos, felices y en camiseta. Que no me gusta Jack con traje.
Eloise me pondría alguna pega, pero es que ella vive en un videojuego.
Si. Es duro. Es como cuando dejas el colegio y pierdes de vista a los compañeros de tantos años. O los que hemos pasado por el servicio militar y compartimos un año de nuestra vida con gente a la que nunca volveremos a ver ni sabremos de ellos. Pero Lost, en cierto modo, también va de eso, de ahí lo emocionante del reencuentro final. Por otro lado, también se acabaron Seinfeld, Los Soprano o The Wire. En fin, siempre nos quedará el dvd.
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