Al final de Tess of the D’Ubervilles (1891), de Thomas Hardy, hay un sacrificio simbólico de la protagonista en Stonehenge. Pasa la noche allí, sobre las piedras que aún están calientes tras horas de sol, y al amanecer es apresada por la policía.
El vídeo es de la miniserie que se grabó en 2008 y que protagonizó Gemma Aterton.
Pero la adaptación más conocida es la de Roman Polankski con Natassja Kinski como Tess. La película es lánguida, eterna y bastante antipática. Como se rodó en 1979 la estética reinante no le favorece precisamente. La vi por casualidad en la TV hace un par de meses sin pensar que semanas después estaría en Stonehenge.

Sorprendentemente, el monumento no está nada apartado y es visible desde la carretera. No me lo podía creer cuando me acercaba con el coche. Suerte que este mismo mes han decidido cerrar la A344.
Una vez allí, tras dar la vuelta completa a esta maravilla del 3000 a.C. (que hasta tiene réplica de cartón piedra) lo que apetece es caminar sin rumbo por el ondulado grassland que la rodea, subir a las pequeñas colinas y admirar el paisaje por el lado en el que no hay carretera.

… tomando unas fresas de Salisbury.


Como curiosidad, en 2011 Michael Winterbotton rodó otra versión de Tess of the d’Ubervilles que se acaba de estrenar. Está ambientada en Rajastán y se titula Trishna. La protagonista es Freida Pinto.
Esta novela si que la he leido y como bien dices es languida pero encantadora.
La inglaterra victoriana me encanta y estos escritores poetas le dan un toque melodioso a sus novelas.
De el he leido tambien Jude el oscuro y lejos del mundanal ruido, recomendables.
Ayer leí que la famosa «50 sombras de gris» está inspirada en Tess. No me llama nada la atención, pero como anécdota vale.