En una de las primeras entradas de este blog rescaté los comentarios de Virginia Woolf sobre dos creadores con «mentes incandescentes»: Jane Austen y Shakespeare. Escribieron, decía, sin odio, sin amargura, sin temor, sin protestas, sin sermones.
Cuando supe que iba a visitar la campiña inglesa marqué rápidamente en el mapa las casas museo de ambos, además de la de las Brönte, que no dio tiempo a visitar y quedó para otro viaje junto con un par de localizaciones de Virginia Woolf.
No soy gran lectora de ninguno de los dos, a pesar de que de Shakespeare hace años ataqué un tomo de las obras completas y leí las más conocidas: Noche de reyes, Mucho ruido y pocas nueces, El mercader de Venecia, Romeo y Julieta, Hamlet, Julio César, La Tempestad... Este fragmento de La Tempestad es el que recitó Kenneth Brannagh en la inauguración de los Juegos Olímpicos.
No temas; la isla está llena de sonidos
y músicas suaves que deleitan y no dañan.
Unas veces resuena en mi oído el vibrar
de mil instrumentos, y otras son voces
que, si he despertado tras un largo sueño,
de nuevo me hacen dormir. Y, al soñar,
las nubes se me abren mostrando riquezas
a punto de lloverme, así que despierto
y lloro por seguir soñando.
En Stratford-upon-Avon se encuentra la casa natal de Shakespeare en Bridge Street. Tras pasar por varias salas con expositores y proyecciones accedes al jardín y a la vivienda, que se ha reconstruido y ambientado tal como era cuando el autor nació en 1564. En cada estancia hay un guía dispuesto a despejar todas tus dudas sobre su uso. La más entusiasta en mi caso fue la que explicaba la forma de trabajar del padre del artista, que era curtidor. No obvió detalles y recalcó lo mal que olía en el taller.

En Chawton está la casa museo de Jane Austen. Allí vivió la escritora entre 1809 y 1817, antes de enfermar y trasladarse a Winchester, donde moriría. La vivienda se la cedió su hermano Edward y la compartió con su madre, su hermana Cassandra y Martha Lloyd, gran amiga de la familia y al parecer magnífica cocinera según se deduce de su libro de recetas, que aún se conserva.


En la mesita de la foto revisó Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio, que ya estaban terminadas, y escribió Mansfield Park, Emma y Persuasión. También empezó Sanditon, su novela inacabada.

Cruzando el jardín se acccede a la bakehouse, que es donde la familia hacía el pan y la repostería. En el sótano hay una bodega en la que mantenían frescos los alimentos. En la bakehouse se expone un cochecito de caballos que usaban las mujeres de la casa.



En Bath visité el Jane Auster Centre, carísimo y bastante decepcionante. Para empezar, los vestidos que se exponen son de la miniserie Persuasión (2007). La escritora vivió en ciudad entre 1801 y 1806 y en ella ambientó Northanger Abbey y Persuasión.

Lo mejor de Bath fue visitar las termas romanas, en las que el agua brota caliente como en la época romana a través de la falla de Pennyquick.

Para terminar, una mención a la catedral de Gloucester (s.XI), que se usó para recrear Hogwarts en las películas de Harry Potter. Dato curioso: John Stafford Smith (1750-1836), hijo del organista de la catedral, compuso el himno de los Estados Unidos.


Tu sensibilidad es grande, no es facil entre tanta literatura, escoger lo correcto y creo que lo has hecho.
Este ciclo de post sobre la campiña inglesa me encanta.