El título original de esta novela de 1985 de Don DeLillo es White Noise. Oí hablar por primera vez del «ruido blanco» cuando Joanna Goddard comentó que una de las compras imprescindibles para el recién nacido es una máquina de white noise que lo arrulle con su murmullo continuo. En español se titula Ruido de fondo, que viene a ser lo mismo pero sin esa sinestesia tan potente.
Ruido de fondo es «gran novela americana»: torrencial y habitada por personajes que brillan poco. Aunque la historia promete acción (una gran nube tóxica se aproxima a una población), DeLillo prefiere la interior de los personajes.
Desde que se produjera el escape tóxico las puestas de sol se habían vuelto casi insoportablemente hermosas, y ello sin que pudiera establecerse una relación mensurable […] Las puestas de sol solían durar cinco minutos, pero ahora duran una hora.
Me pregunto si al pensar la trama Delillo tendría ya listas las notas sobre la naturaleza humana y las iría volcando:
Sobre el lenguaje no verbal y su afectación:
Posturas fetales, extendidas, patizambas, arqueadas, envaradas, a veces casi invertidas. Se encuentran tan estudiadas que casi representan una forma de mímica clásica. Existe en ellas un elemento de refinación exagerada, de consanguinidad […] Tan sólo practican el lenguaje de su clase económica en una de sus formas externas disponibles.
… el progreso:
Si despertaras mañana en la Edad Media y se hubiera desatado una epidemia, ¿qué podrías hacer para detenerla sabiendo lo que sabes de medicina y de enfermedades? Cuanto mayor es el avance científico, más primitivos son los temores.
… el dorar la píldora:
Yo digo que tú eres brillante, tú dices que yo soy brillante. No es más que una forma de ego comunitario.
… la rutina como muerte:
La rutina puede llegar a ser mortal, Vern, si uno la lleva al extremo. Tengo un amigo que afirma que ése es el motivo por el cual la gente se toma vacaciones. No es para relajarse, ni para divertirse ni para visitar sitios nuevos. Es para escapar a la muerte que existe en la rutina.
… la nostalgia:
Murray afirma que es posible sentir nostalgia de un lugar aunque no te hayas marchado de él. La nostalgia es un producto de la insatisfacción y la rabia. Es un arreglo de cuentas entre el presente y el pasado. Cuanto más potente es la nostalgia, más nos aproxima a la violencia. La guerra es la forma que adopta la nostalgia cuando los hombres sienten la necesidad perentoria de decir algo bueno acerca de su país.
… la obesidad:
La gente experimenta confianza ante la presencia de cierta corpulencia en los demás. Cuando corren malos tiempos, la gente se muestra ansiosa por sobrealimentarse
… el miedo a la muerte: El propio Tolstói se esforzaba por comprender la muerte. Sentía un pavor espantoso hacia ella. – Es como si fuera nuestro propio miedo lo que la desencadena. Si pudiéramos aprender a no temerla, viviríamos eternamente […] La conjuramos a fuerza de hablar de ella. – ¿Y si la muerte no fuera otra cosa que ruido? – Un ruido eléctrico. – Que oyéramos eternamente. Un ruido omnipresente. Qué horror. – Uniforme, de fondo.