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Categoría: Poesía

Buenos cimientos

No conocía el poema viral «Good Bones» (2016), de Maggie Smith. Lo he descubierto al leer el artículo del New York Times sobre su nuevo libro, You Could Make This Place Beautiful.

Hasta hace poco a eso de hijos grandes, problemas grandes» todavía le veía fácil manejo. Pero llegan los hijos a la preadolescencia y, ante algunos problemas, dan ganas de responder «es que la vida es dura». Por eso me conmovió el poema de Maggie Smith. Como siempre, me tomo la libertad de traducirlo.

Buenos cimientos
La vida es corta, pero no se lo digo a mis hijos.
La vida es corta, y yo he acortado la mía
de mil deliciosas e insensatas maneras,
mil deliciosas e insensatas maneras.
No se lo diré a mis hijos. La mitad del mundo es horrible,
y eso es una estimación conservadora
que yo oculto a mis hijos.
Por cada pájaro hay una piedra arrojada a un pájaro.
Por cada niño querido, un niño roto, en un saco,
ahogado en un lago. La vida es corta y por lo menos la mitad del mundo es horrible,
y por cada desconocido amable hay uno que te destrozaría,
y eso se lo oculto a mis hijos.
Intento venderles el mundo. Cualquier agente inmobiliario,
mientras te enseña cualquier antro, tararea una canción sobre los buenos cimientos.
Este lugar podría ser bonito, verdad? Tú podrías hacer este lugar bonito.
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Magnificar una vida

Patti Smith es muy dada a celebrar a otros artistas. Algunos ejemplos: interpretó una canción de Bod Dylan cuando él esquivó recoger el Nobel, compró la casa donde Rimbaud escribió Una temporada en el infierno para preservarla y dedicó todo un libro a sus años junto a Robert Mapplethorpe,

En The Guardian le preguntan el por qué de esa inclinación, y ella responde: Porque magnifican mi vida. 

Y cómo la entiendo: de qué oscuridades te puede sacar un libro, un poema o una frase inspirada dicha en el momento justo.

Completa su reflexión con estas palabras: Sigo haciendo mi trabajo, intento cuidarme. Estoy agradecida por tener esta imaginación, pero no creo que me haga más importante que nadie. Soy quien soy, con todas mis imperfecciones- y estoy agradecida.

La maison construite sur les ruines d'une ferme ayant appartenue à la famille d'Arthur Rimbaud, dans le village ardennais de Roche, où le poète a écrit "Une saison en enfer". Cette maison a été rachetée par la chanteuse Patti Smith ©Maxppp - Alexandre MARCHI
La casa en la que Arthur Rimbaud pasó su infancia
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El sueño de una lengua común

El sueño de una lengua común (1974-77) es un hito de la segunda ola feminista escrito por Adrienne Rich.

Hay varios poemas que me han emocionado, por más que el libro en conjunto me haya resultado algo pesado, con grandes altibajos. Para mí brilla especialmente cuando trata temas poco transitados en el canon patriarcal. Por ejemplo:

La maternidad:

Una mujer gira el pomo de la puerta,
con tanto cuidado
que nadie se despierta
y solo ella puede ver entre la oscuridad de los dormitorios,
comprueba quién duerme,
quién necesita su caricia,
por qué ventana entra el aire frío de febrero
y a quién debe proteger:
solo ella lo ve, fue entrenada para verlo.
(del poema Natural Resources)

Marie Curie y las paradojas de su existencia:

Hoy estaba leyendo sobre Marie Curie:
debió saber que estaba enferma por la radiación
su cuerpo bombardeado durante años
por el elemento que ella había purificado.

Parece que al final negó
el origen de las cataratas de sus ojos
la piel agrietada y supurante de las yemas de los dedos 
hasta el punto de no poder sujetar un lápiz o un tubo de ensayo.

Murió siendo una mujer famosa
que negaba sus heridas
negaba que esas heridas procedieran del mismo lugar que su poder.
(del poema Power)

El aborto:

No quería tener este niño.
Solo te lo he contado a ti.
Tal vez quiera tener un hijo algún día, pero no ahora. 
(del poema Paula Becker to Clara Westhoff)

El embarazo:

Dicen que una mujer embarazada
sueña con su propia muerte. Pero la vida y la muerte
van de la mano. 
(del mismo poema, Paula Becker to Clara Westhoff)

Y la madurez:

A los veinte, sí, pensamos que viviríamos para siempre.
A los cuarenta y cinco, quiero saber nuestro límite.
Te acaricio sabiendo que no nacimos mañana,
y de alguna forma, cada uno de nosotros ayudará al otro a vivir,
y en algún lugar, cada uno de nosotros deberá ayudar al otro a morir.
(del poema III de Twenty-one Love Poems)

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Un invierno propio, de Luis García Montero

No tengo nada que escribir.
El día es más humilde que una página en blanco.

Luis García Montero siempre navega entre lo cotidiano y lo reflexivo, y por eso me gusta. Sacia mi intimismo con un puñado de versos y le da matices a mi mantra vive y deja vivir. Todo da un poco igual, sí, pero hay un par de cosas que no. Es bueno recordarlas leyendo Un invierno propio (2011).

Estoy agradecido
a la imaginación: un arma blanca
en ojos solitarios.
Pero me gustaría que fuese más realista,
realista como octubre,
por lo que dice de la piel y siente.
Que sus viajes pasaran cerca de la ciudad
y que tal vez cambiase
los hoteles del sur por nuestra casa.

Rumbo a Vulcano

… La espalda del mar
-muy de mañana-
cuando el azul y el sol no pertenecen
a los bañistas o al verano,
sino a la perfección de un mundo convencido
de su propia verdad.

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