Me gustó la Filosofía hasta que se complicó, más o menos después de Descartes, Locke y Hume . Me sirvió para poner más cuidado al emplear palabras como concepto, idea, deducción, dicotomía, análisis, dialéctica, contingencia… Todavía hoy, cuando alguien las pronuncia o escribe, me hago esta pregunta: ¿lo dice en el sentido culto o improvisa? El «sé positivamente» a mí me implicaría minutos de indagación, y millones de personas lo usan sin pensar, como quien dice «hola» (¿o son todos virtuosos de la lengua?).
Dicho esto, también confesaré que he dedicado un buen rato al título. Estoy usando «lenguaje» con esta acepción de la RAE: Estilo y modo de hablar y escribir de cada persona en particular. Pero en el día a día lo que evoca «lenguaje» es lo que aprendí en las clases de Lengua: cualquier código que empleemos para comunicarnos, incluido el no verbal.
Me pasaría horas sacando punta a… ¿la lengua?