En A Raisin in the Sun, obra teatral sobre la que escribí en el post anterior, la familia Younger vivía en el South Side de Chicago. Alllí creció Michelle Obama y también de allí procede Sandra Cisneros, figura clave de la literatura chicana.
La obra más conocida de Sandra Cisneros es La Casa en Mango Street (1984), pero aquí voy a hablar de Woman Hollering Creek and Other Stories (traducido como El arroyo de la llorona, 1981), y en concreto del relato que da nombre al libro.
Lo más llamativo si no has leído antes literatura chicana, como yo, es que está escrito en Spanglish. Hay palabras y expresiones en español en cada página:
The arroyo one crossed on the way to San Antonio, and then once again on the way back, was called Woman Hollering, a name no one from these parts questioned, little less understood. Pues, allá de los indios, quién sabe —who knows.
Es tal la garra de este relato que te deja aturdida. Condensa las consecuencias de nacer mujer y pobre en una comunidad machista y violenta.
Aquí los pueblos se construyen de tal manera que tienes que depender del marido. O conduces o te quedas en casa. Si eres lo suficientemente rica para tener un coche y saber conducir, entonces te haces con un coche.
A Cleófilas, la protagonista, la salvan de la opresión dos mujeres que conducen su propio coche y por tanto su destino: Gracelia y Felice, Lo hacen cruzando el Arroyo de la Llorona que da título al relato.
Dejar un comentarioLos que sufren tienen un poder especial, ¿no es así? El poder de entender el dolor de los demás. Y entender es el comienzo de la curación (del relato Little Miracles, Kept Promises).