Konichiwa otra vez. Son las 9.48 de la mañana en Shinjuku y acabo de tomar un cercanías con destino a Kamakura.
Voy adormecida porque por una confusión -una de tantas- he desayunado un gran vaso de leche blanca. Pero esta vez no voy a hablar de comida, sino de la ruta de ayer: Akihabara – Marunouchi – Ginza – Ikebukuro.
Akihabara
Es el barrio de la electrónica. Te ves en las pantallas de todas las tiendas de cámaras y te mareas entre montones de piezas que no sabría nombrar.
Algunos establecimientos sin túneles infinitos, puestos y puestos de cacharritos que, con el bochorno que hacía ayer, parecían arrastrarte al infierno de los electrónicos. En esta foto se ve un surtido de clemas y conectores DB (sic)

La gran tienda Sega tiene una muy fotogénica fachada roja y ascensores para ninjas. El lapso para dejar entrar/salir debe de ser de medio segundo. ¡Hay que darse prisa!

Taito Station es la locura de los juegos recreativos. El Stradivarius de Gran Vía es un paraíso zen al lado de este aquelarre.

El edificio Softmap es una monada en azul.

Las lolitas y el cosplay están por todas partes en Akihabara. En cada cruce hay una risueña adolescente repartiendo flyers con su minivestido, tacones, lazos, encajes, puntillas, medias sobre la rodilla y maquillaje pastel. Tienen un olfato infalible para detectar las cámaras. ¡Imposible hacerles fotos! Las dependientas de las tiendas van disfrazadas de personajes manga, con pelucas de colores imposibles y ojos perfectamente dibujados.

Marunuochi
Caminando 20 minutos por una zona de oficinas llegas desde Akihabara hasta Marunouchi, el barrio en el que se encuentra el Palacio Imperial. El recinto está cerrado al público porque la familia real reside allí, pero es posible visitar los jardines que lo rodean en torno a un doble foso. Ni rastro de Masako, la príncesa triste. De casa no se puede quejar.

Ginza
Es la zona de las boutiques de lujo, como la Quinta Avenida a la altura de Tiffany’s y sin un solo occidental a la vista. Tampoco hay papeleras, y esto lo hago extensivo al resto de los barrios visitados hasta ahora. Llevo dos días guardando papelitos, kleenex, envases y envoltorios en bolso y bolsillos.

En Ginza hay un cruce muy popular, aunque no tanto como el de Shibuya. Atravesando su calle principal se llega al Teatro Kabuki-Za, que no he podido visitar porque lo han demolido para reconstruirlo a prueba de terremotos.

Ikebukuro
Otra orgía de luces y juegos recreativos. Su calle principal se llama nada menos que Sunshine Street.

En el Sega de Ikebukuro las dos últimas plantas solo admiten a chicas. Si algún despistado sube, una dependienta le imprecará hasta que se marche. Y si no funciona, lo arrastará sin miramientos hasta el ascensor (hechos verídicos).
