Saltar al contenido

Etiqueta: lengua

Verba omnibus

Ahora que hay tanta jerga profesional en las conversaciones cotidianas me apetece recordar que hay una ciencia que se llama lingüística que también tiene su jerga. Lo que pasa es que no es muy conocida. Como ciencia que es, la lingüística usa una terminología para nombrar fenómenos observables en el uso de la lengua.

Por ejemplo, verba omnibus hace referencia a las palabras comodín con un significado poco limitado que suelen sustituir a otras más apropiadas. Por ejemplo:

– cosa
– tema
– trasto
– bicho
– dar (para componer expresiones coloquiales: dar la tabarra, dar la lata, dar una vuelta, dar un toque…)
– hacer (hacer un viaje en vez de viajar, hacer una bufanda en vez de tejer…)
– coger
– tener

Dejar un comentario

El bilingüismo de Martha’s Vineyard

Martha’s Vineyard nos suena por haber sido destino de vacaciones de varios presidentes americanos, porque allí se estrelló la avioneta de John F. Kennedy Jr. y como localización del primer Tiburón (esto último lo acabo de saber). Pero esta isla frente Cape Cod, Massachusetts, también se estudia porque durante mucho tiempo fue testigo de un particular bilingüismo: el de la lengua hablada y la de signos.

Martha’s Vineyard

La endogamia y la intervención de un gen traído por los primeros colonos ingleses llevaron al nacimiento de muchos sordos en la isla. Tantos que hasta los no sordos empezaron a hablar con señas incluso cuando no era necesario, usando la variedad propia del lugar, conocida como MVSL (Martha’s Vineyard Sign Languaje). Con la afluencia de turistas dejaron de formarse parejas entre los descendientes del gen, y el último sordo nació en la isla en los años cincuenta del siglo XX.

Un detalle curioso de la lengua de signos estadounidense es que, contrariamente a lo que esperaríamos, se parece más a la que se usa en Francia que a la británica. El origen está en la labor del pedagogo francés Laurent Clerc, fundador de la primera escuela para sordos de Estados Unidos en 1817 en Hartford, Connecticut.

 

Dejar un comentario

Mi lenguaje (I): filosofando

Me gustó la Filosofía hasta que se complicó, más o menos después de Descartes, Locke y Hume . Me sirvió para poner más cuidado al emplear palabras como concepto, idea, deducción, dicotomía, análisis, dialéctica, contingencia… Todavía hoy, cuando alguien las pronuncia o escribe, me hago esta pregunta: ¿lo dice en el sentido culto o improvisa? El «sé positivamente» a mí me implicaría minutos de indagación, y millones de personas lo usan sin pensar, como quien dice «hola» (¿o son todos virtuosos de la lengua?).

Dicho esto, también confesaré que he dedicado un buen rato al título. Estoy usando «lenguaje» con esta acepción de la RAE: Estilo y modo de hablar y escribir de cada persona en particular. Pero en el día a día lo que evoca «lenguaje» es lo que aprendí en las clases de Lengua: cualquier código que empleemos para comunicarnos, incluido el no verbal. 

Me pasaría horas sacando punta a… ¿la lengua?

Dejar un comentario